Fiebre en Niños: ¿Amiga o Enemiga?

Sabemos que no hay nada que nos acelere más el corazón que sentir la frente caliente de nuestros pequeños. Esa preocupación que te asalta a medianoche, la búsqueda frenética en internet, la duda de si estás haciendo lo correcto... ¡es completamente normal! En un mundo lleno de información (y desinformación), es fácil sentirse abrumado.

Pero hoy, como tu pediatra de confianza, quiero que respiremos juntos y desmitifiquemos uno de los temas que más ansiedad genera: la fiebre.

¿Es realmente una enemiga o, por el contrario, una aliada en la salud de nuestros hijos?

La Fiebre:

¿Por Qué Aparece y Cuál es su Misión?

Imagina el cuerpo de tu hijo como un pequeño guerrero. Cuando un virus o una bacteria intenta atacarlo, la fiebre es su primera línea de defensa. No es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma, una señal de que el sistema inmune de tu peque está trabajando a toda máquina para combatir una infección.

Su misión es clara: elevar la temperatura corporal para crear un ambiente hostil para los invasores y acelerar los procesos de curación. ¡Es una respuesta natural y, en muchos casos, muy beneficiosa!

¿Cuándo la Fiebre es una Amiga?

En la mayoría de los casos, la fiebre es una buena señal. Nos indica que el cuerpo de tu hijo está respondiendo eficazmente. Una fiebre moderada (generalmente por debajo de 39.5°C o 103.1∘F) en un niño que se ve relativamente bien, juega, se hidrata y no tiene otros síntomas alarmantes, suele ser manejable en casa con observación y medidas de confort.

Recuerda: La fiebre es una temperatura mayor a 38°C. Pero el número en el termómetro no es lo único que importa. La clave está en cómo se siente y se comporta tu hijo. Si está activo, sonriente y solo un poco decaído, es probable que su cuerpo esté haciendo su trabajo.

¿Cuándo Debemos Preocuparnos y Consultar?

Aquí es donde tu instinto de padre/madre y la información confiable se unen. Aunque la fiebre sea una aliada, hay situaciones en las que sí debemos consultar con el pediatra sin demora.

Señales de Alerta para Consultar INMEDIATAMENTE:
  • Bebés menores de 3 meses: Cualquier fiebre en un recién nacido o bebé muy pequeño (38∘C o 100.4∘F o más) es una emergencia médica.

  • Fiebre muy alta: Si supera los 40∘C (104∘F) y no cede con antitérmicos.

  • Cambio en el estado general: Si tu hijo está muy decaído, irritable, difícil de despertar, o no quiere interactuar.

  • Dificultad para respirar: Respiración muy rápida, ruidosa, o si se le hunden las costillas al respirar.

  • Manchas en la piel: Cualquier erupción o mancha que no desaparece al presionar la piel.

  • Dolor de cabeza intenso o rigidez de cuello.

  • Vómitos persistentes o signos de deshidratación: Boca seca, ojos hundidos, poca orina.

  • Convulsiones febriles: Aunque suelen ser benignas, requieren evaluación médica.

  • Fiebre que dura más de 72 horas (3 días) sin una causa clara o si empeora.

Mitos comunes y lo que NO debes hacer:

  • No te obsesiones con el número: Un niño con 38.5∘C que está jugando puede estar mejor que uno con 38∘C que está muy decaído.

  • No abrigues demasiado: Esto puede elevar aún más la temperatura. Viste a tu hijo con ropa ligera.

  • No uses alcohol o baños de agua fría: Pueden causar escalofríos y un aumento de la temperatura interna.

¿Qué Sí Puedes Hacer en Casa?

  • Ofrece líquidos constantemente: Leche materna, fórmula, agua, sueros de rehidratación oral. ¡La hidratación es clave!

  • Ropa ligera: Vístelo con prendas cómodas y frescas.

  • Ambiente agradable: Mantén la habitación a una temperatura confortable, ni muy fría ni muy caliente.

  • Antitérmicos: Usa medicamentos como el acetaminofen o ibuprofeno (si tu pediatra lo ha indicado y según la dosis correcta para su peso y edad) para aliviar el malestar, no solo para bajar la fiebre. Recuerda que el objetivo es que tu hijo se sienta mejor.

  • Mucho amor y observación: Tu presencia y atención son fundamentales. Observa cualquier cambio en su comportamiento.

Tu Tranquilidad es Nuestra Prioridad

Entender la fiebre es un paso gigante para manejarla con más calma y seguridad. Recuerda que no estás solo en este camino de la crianza. Como tu pediatra, mi misión es brindarte la información clara y confiable que necesitas para tomar las mejores decisiones para la salud de tus hijos.

¿Te sientes más tranquilo/a ahora? Cuéntanos en los comentarios qué mito sobre la fiebre te sorprendió más. Y si tienes alguna duda específica, ¡no dudes en consultarnos!

Escrito por:
Dr. Felipe Díaz - Pediatra

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